Hace ya más de un mes que mi fiel amigo Oni dejó de esperarme y no ha habido ni un solo día en que no haya echado de menos ese momento. De sobras es conocido aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre pero hasta que uno no lo experimenta en primera persona no se da cuenta de la magnitud que pueden llegar a alcanzar esas palabras. Yo ya no necesitaría buscar la palabra fidelidad en ningún diccionario. Si alguien me pregunta cuál es su significado sólo tengo que contestar que comprobé todos los valores de dicha palabra en mi fiel amigo.
Comenzaba este pequeño texto diciendo que no sabía en qué momento ese pequeño ser peludo se ganó mi corazón. Pero lo que sí sé es que con su muerte no se fue ni mi perro, ni mi mascota, ni mi animal ni nada que se le parezca. Se me ha ido un amigo, el único que sé que siempre me iba a estar esperando en cada esquina o en la puerta de mi casa, que nunca me fallaría en mis momentos de soledad y que jamás permitiría que me hundiese en esos días en los que uno cree que no merece la pena levantarse de la cama. Ahí estaba siempre él, obligándome a levantarme esperando pacientemente a que se me pasaran las tonterías y volviera a disfrutar de un buen y relajante paseo callejero. Con el tiempo me he dado cuenta de que en realidad era él quien me sacaba a pasear a mí.
Sirvan estas palabras como pequeño homenaje a quien me hizo comprender el verdadero significado de la amistad, la fidelidad y la lealtad. Mi pequeño y gran amigo ONI, descansa en paz. Por siempre y eternamente presente en mi corazón. Te lo debía, hasta siempre amigo....
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