Lo de anoche fue un partido de esos que se recordarán toda la vida. Algo que podremos contar a nuestros hijos o nietos, porque haber tenido la inmensa fortuna de vivirlo en vivo y en directo merece la pena precisamente por eso. Más allá de disfrutar humillando al eterno rival está el sentirse orgulloso de saber que formas parte del equipo más grande de Andalucía, ese que manda en su capital y que defiende con el mayor de los honores el nombre de la ciudad: SEVILLA.
GRAN PRIMERA PARTE. El primer tiempo jugado anoche por el Sevilla ha sido sin duda el mejor que mis 27 temporadas de socio recuerdan. Incluso mejor que aquel partido ante el Real Madrid, en el que el equipo de Caparrós ridiculizó al entonces entrenado por Queiroz endosándole también un 4-0 al descanso. Aquel día el Sevilla hizo un partidazo, y precisamente Reyes fue uno de los protagonistas de aquel encuentro, en aquella ocasión volviendo loco a Rubén y anoche cogiéndole las vueltas a Nelson. Sí, aquello estuvo bien, pero lo de ayer fue mejor, ya lo creo que fue mejor...
ASÍ SE JUEGA UN DERBY. Todos recordamos aquellos derbys con Joaquín Caparrós en el banquillo. En aquellos tiempos éramos nosotros los modestos, digamos que los menos favoritos. El Betis contaba con mayor presupuesto y por lo tanto supuestamente mejores jugadores. Pero nosotros contábamos con la sangre roja de nuestro Joaquín, y una semana antes el de Utrera ya estaba bombardeando con mensajes motivadores a nuestra plantilla, de modo que el resultado en aquella época fue muy superior para nosotros, incapaces los verderones de doblegar a los guerreros Caparrionanos. Después la cosa cambió y el Sevilla se convirtió en un equipo campeón, un plantel de leyenda que lo ganaba todo y ahí, evidentemente, en los derbys no había más color que el rojiblanco. Muchos años hacía que el Betis no llegaba por encima nuestra a este partido, esos cuatro puntos de diferencia hacían pensar a más de uno que quizás las cosas se habían igualado, que a lo mejor hasta los verdes venían un punto por encima. Pero nada más lejos de la realidad. Ni siquiera en el Sevilla de Caparrós vi a un equipo tan intenso, con tanta garra y rabia yendo a degüello a por el enemigo como el que anoche saltó al césped del Sánchez Pizjuán. Toda una lección de como hay que afrontar un partido como este.
TODO EMPIEZA UNA SEMANA ANTES. Yo fui el primero en poner en duda que las palabras de Míchel al término del partido en San Mamés fuesen beneficiosos para el equipo. Pero es evidente que me equivoqué. Acusar a los jugadores de no sentir la camiseta que llevaban no hizo más que enrabietar a una plantilla que salió a morder como auténticas fieras. Ya algunos jugadores como Palop o Negredo aceptaron las palabras del míster de buen grado y se apuntaron a la guerra junto al resto del equipo y bien que se demostró luego en el terreno de juego. Ésto unido al anuncio por parte de Biris Norte de volver a su gol norte debieron espolear a nuestra plantilla, que no me puedo imaginar lo que sentirían al saltar al campo y ver esa grada llena de banderas rojiblancas por primera vez esta temporada. Horas antes ya pudieron disfrutar un adelanto en el entrenamiento matutino al que también tuve la suerte de asistir. Miles de personas allí animando en lo que fue una reedición de lo ocurrido la temporada pasada, el mismo día que se presentaba Babá y visitábamos el Villamarín, con lo que también fue una gran primera parte de nuestro equipo y de Reyes, aunque el resultado no fuera tan bueno como el de este año. Esta temporada los otros nos han vuelto a copiar, como en tantas cosas en las que siempre nos andan imitando, pero con el resultado que todos hemos podido ver. Que sigan así, siempre por detrás de nosotros en todo...
EL GOL TEMPRANERO. El primer gol nada más empezar el partido es un claro ejemplo de lo que se pudo ver después durante todo el encuentro. Un Sevilla presionando desde el primer segundo, obligando a recular hasta meter el balón en la portería. Porque mucho se está hablando del "regalo" del portero verdiblanco, pero poco he escuchado la gran definición de Reyes. Cierto que le dan el balón pero no menos cierto es que lo hace de maravilla, conduciendo el esférico y clavándolo en toda la escuadra. Parece evidente que esa fue una de las premisas de Míchel, presionar hasta que el balón llegase al portero y ahí presionar aún más. Poco (por no decir nada) me importa lo que le pase al otro equipo de ciudad. Pero no me parecería justo que se condenase de por vida al guardameta bético por lo ocurrido anoche. Es verdad que no estuvo bien pero es que en el Betis ayer no estuvo bien nadie. Seguro que a Adrián esto le marcará de por vida, encajar 5 goles ante el eterno rival es una losa imposible de olvidar. Aunque quizás no toda la culpa sea de él, empeñados como parecen muchos en la escuadra verdolaga a encumbrar a porteros canteranos tan rápido como luego los vuelven a hundir, casos de Doblas o Castro.
REYES Y FAZIO. El ejemplo de que un derby no es un partido corriente lo comprobamos nada más mirar los goleadores y mejores jugadores del partido. Rayes y Fazio han sido dos de los jugadores más criticados esta temporada y sin embargo ayer se salieron. Empeñado Mel como estaba en tapar la banda derecha, sin duda por lo visto hasta ahora el auténtico peligro sevillista, descuidó la banda izquierda, dando vía libre a un José Antonio Reyes al que se le vió realmente enchufado, rápido, atento y extraordinariamente motivado. Aparte aunque lo intentara tampoco el Betis fue capaz de tapar el flanco derecho, donde un tal Álex Martinez (creo que se llama así) no era capaz de parar a Navas, y menos aún con la poca ayuda que recibía de Juan Carlos. Anulado Beñat bajo la atenta mirada del pittbullg Medel, al Betis sólo le quedaba esperar algún error nuestro atrás, y precisamente otro que no suele fallar nunca como es Fernando Navarro erró en el despeje y posibilitó que su goleador Rubén Castro anotase. Por cierto, no dudo que Beñat tenga calidad, aparte porque yo ya lo comprobé por primera vez cuando éste visitó la ciudad deportiva con el filial bético hace un par de años, pero a mí me pareció muy lento y con sobrepeso. En cuanto a Fazio, para mí fue el mejor del partido, incluso por encima de Reyes. No sólo metió dos auténticos golazos en lo que es su punto fuerte, el juego aéreo, sino que defendiendo estuvo imperial. Mandó atrás como sólo los grandes centrales saben hacerlo y subió con fuerza y decisión, adelantando las líneas por lo que se convertía así en el primer atacante sevillista. Su cambio de look con esa barba puede que por fin nos haga ver al nuevo Fazio, ese que tiene todas las cualidades para convertirse en uno de los grandes pero hasta ahora siempre se acaba quedando en el camino.
CUARTA MANITA. Esta es la cuarta vez que le metemos cinco goles al terno rival. La superioridad sevillista en los derbys es abrumadora y así debe seguir siendo. La última vez fue en la década de los 40, hace ya unos 70 años. En aquella ocasión formaba parte de nuestro equipo la mítica delantera Stuka. Berrocal y Raimundo fueron los goleadores. De eso hace mucho tiempo, por eso es tan díficil lo que ayer hicieron nuestros jugadores. Mas allá de las facilidades defensivas que dio el rival el Sevilla ayer lo dio todo y más para humillar a nuestro mayor enemigo, en una goledada que pudo ser hasta mayor. No es el primer partido este año que nuestro equipo nos hace disfrutar, pues ya se dejaron la piel ante Real Madrid y Barcelona. Viéndolos ayer parece mentira que estos jugadores fuesen los mismos que la cagaron en La Romareda o San Mamés. Es tarea de Míchel (y así lo dijo en la rueda de prensa tras el partido) terminar con esa irregularidad. En un torneo como la liga es precisamente eso lo que se necesita para lograr los objetivos, regularidad. Este Sevilla hasta el momento da una de cal y otra de arena, siendo lejos de casa donde parece venirse abajo con demasiada facilididad. Jugando como anoche es seguro que estaremos arriba y el año que viene en Europa. Ahora que todo apunta a que la normalidad vuelve a las gradas del Sánchez Pizjuán estoy seguro que todos remaremos para que el Sevilla que veamos habitualmente sea el de partidos como el de ayer. El asalto al Calderón es una buena prueba de choque, ante un rival muy enrachado. Mientras tanto disfrutemos de esta goleada histórica, demostrando una vez más quien manda en SEVILLA.
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