Vaya por delante que lo normal es que este partido se hubiera ganado. En circunstancias normales un equipo como el Levante no debería haber obtenido un punto ofreciendo una apuesta tan rácana sobre un terreno de juego. Y que conste que no seré yo quien critique ese tipo de fútbol, y menos aún cuando se trata de un club con un presupuesto tan bajo e inmerso en tres competiciones. El Levante vino a por un punto, a jugar al cero a cero y a esperar que ante la desesperación rival alguna contra bien ejecutada por el veloz Martins les diera opción a llevarse de Sevilla el premio gordo de la victoria. Pero siendo honestos con diez tíos metidos prácticamente en su área y con Fazio y Spahic sin dejar la más mínima oportunidad para ello cualquier aficionado granota debe darse con un canto en los dientes con este puntito, que con su buena dosis de fortuna consiguen valiéndoles para seguir en puestos europeos y por encima de, hoy por hoy hay que reconocerlo, un rival directo en la lucha por entrar en Europa, en una liga en la que al igual que la anterior se meterá el que menos falle.
No sólo la fortuna y el buen trabajo ultradefensivo de JIM, con el casi cuarentón Ballesteros como líder indiscutible de la zaga, fueron los motivos de la obtención de ese punto. La falta de gol en este Sevilla es un hecho evidente. La Negredodependencia no es buena cosa, entre otras cosas porque se encuentra demasiado sólo arriba y en partidos como el de ayer, en el que se las vio y se las deseó con los duros defensas valencianos, va a acabar fundido. Además no hay lugar a rotaciones para Michel. Mientras el Levante reservaba a 10 jugadores en su encuentro copero el Sevilla casi repite equipo. Y eso no sólo se nota en el delantero vallecano sino que se puede apreciar en jugadores como Rakitic (cansado a su vez de no encontrar con quien combinar jugadas) o en Cicinho, que cada vez acompaña menos a Navas por esa banda derecha.
El Sevilla empezó bien, presionando mucho, aportando la intensidad necesaria para romper la telaraña tejida por la escuadra valenciana. Todo parecía presagiar que se conseguiría algún gol, con lo que hubiera obligado a los azulgranas a arriesgar algo si quería no caer derrotado, pero la falta de acierto y los errores en el último pase perpetrados sobre todo por Jesús Navas hicieron que el Levante se fuera asentando en su propuesta futbolística mientras el Sevilla se iba enredando cada vez más y más.
Sólo al final, con los cambios de Míchel que además llegaron demasiado tarde se estuvo a punto de lograr el ansiado gol. Pero esta vez no se culminó ese rebote o no se acertó en esa jugada a balón parado que tanto fruto nos está dando este año y el marcador quedó tal y como empezó.
Creo que aún es pronto para demonizar a Babá, pero motivos está dando el segenalés para ello. Viéndole es justo preguntarse si este jugador vale realmente los tres kilos y medio que se pagaron por él, cuando chavales como Rodri o Luis Alberto que incomprensiblemente se dejaron marchar no parecen mucho peores que él. Yo no me atrevo a juzgar ya al delantero africano habiéndolo visto sólo unos ratitos, pero esto me recuerda (salvando las infinitas distancias, por supuesto) a las críticas y hasta mofas que surgieron con otro africano que nada más llegar fallaba goles cantados y parecía lento y torpe llamado Kanouté y que con el tiempo se convirtió en una de las grandes leyendas que han pasado por el Sánchez Pizjuán. (Insisto, salvando las distancias, entiéndaseme la comparación).
Los minutos de Campaña sí fueron buenos. Fue el último en entrar y sin embargo el que más peligro creó, porque Reyes aunque lo intentó y arriesgó no paró de perder balones, aunque en su defensa diré que no creo que estuviese el partido para él. Con tantos rivales defendiendo y tan pocos espacios "este" Reyes díficilmente puede hacer algo más de lo que hizo ayer.
Tampoco parece que ayer la apuesta de Luna solucionase los sempiternos problemas de la banda izquierda. Entre lo complicado de romper la veterana defensa levantinista y las pocas ayudas de Fernando Navarro (gran defensor pero romo en ataque) el canterano fue un quiero y no puedo toda la noche, aunque yo no lo descarto para futuros partidos.
En definitiva ayer vimos un Sevilla plano en ataque, con pocos recursos ofensivos más allá de los innumerables centros de Jesús Navas (se le sigue resistiendo su primera asistencia de gol en la temporada), las llegada de Medel (demasiado estático a veces dentro del área) y las jugadas ensayadas en los córners. Jugadas estas últimas que me están sorprendiendo gratamente este año. Acostumbrados temporada tras temporada a no crear apenas peligro en estas jugadas es ilusionante la expectación que se está empezando a crear cuando nuestros jugadores se disponen a sacar de esquina y cada partido nos sorprenden con algo nuevo.
Otro tema es lo del aspecto de la grada. En un día lluvioso, con una horario pésimo para jugar un domingo, un rival poco vistoso y habiendo jugado hacía sólo unos días otro partido en casa la afluencia al estadio fue penosa. El maldito negocio en que se ha convertido este maravilloso deporte llamado fútbol va a acabar por destruirlo. Y si además la sinrazón de Del Nido tiene enjaulados a los que animan el cotarro, los que levantan al resto del estadio y crean el ambiente que desde hace tantos años se ha vivido en el Sánchez Pizjuán pues apaga y vámonos. Así nos luce el pelo. Bueno a ti no , Del nidito de los cohone...
Leído esto tras la derrota en Bilbao querido sevillista las cosas no cambian mucho, el entrenador no da con la tecla de motivar o convencer a aquellos que sobre el césped deben dejar el alma, que en ocasiones es lo único que se les pide, con eso y algo de fortuna esperemos salir del bache en el que estamos y si es con una victoria ante el eterno rival mejor que mejor. U. Saludo
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